2- Otros pequeños relatos
señalan a este sitio como punto de entierros
en el mismo siglo XVI.
3- Pero pasemos al siglo XVII donde
otra vieja anécdota describe que en Cayo Cristo estuvieron por más de 48 horas,dos bergantines piratas y un galeón español
del cual descargaban toda su fortuna
a la vista de otros barcos que por allí pasaban rumbo a Sagua que por esa época le llamaban “El Embarcadero”.Enterada
la marina española de tal acontecimiento,envió
al sitio a 4 grandes fragatas de guerra que cañonearon a la flota pirata cuando ya llevaban una hora alejándose del Cayo.Los
tres barcos fueron hundidos pero cuando los españoles exploraron tierra con el objetivo de desenterrar el tesoro,no encontraron
ni una sola pista que les descubriera el punto
de enterramiento. Los piratas, muy experimentados en limpiar huellas,habían dejado el terreno en su perfección natural sin la más diminuta marca o señal que sugiriera
un eslabón del derrotero.De esta forma
ha quedado para siempre,sepultado en Cayo Cristo,el secreto del galeón descargado.
Hay que señalar que durante
la primera mitad del actual siglo (XX), se hallaron unos cañones en el punto llamado Los Caletones ,que tenían una inscripción
de 1612 y todo apunta hacia un barco pirata; de todas formas, de no serlo, estos
cañones sí indicarían la notable
actividad que ya existía en este Cayo por el lejano 1616 o algo más.
4-Otra leyenda muy conocida por
los más viejos de Sagua describe los espectros que muchos vacacionistas han visto durante sus noches de estancia en el fantástico cayo. Muchos
testigos vivos en la actualidad coinciden en que allí salen fantasmas de piratas en escenas que pudieron muy bien ser parte de la realidad cotidiana en los tiempos de sus aventuras. Esta visión describe que en una ocasión arribó a tierra un grupo de bucaneros
con una larga fila de prisioneros que iban atados a la espalda y sus rostros vendados,quizás fueran cautivos en un asalto o tal vez fueran otros piratas
condenados al silencio de un entierro.El despiadado capitán había ordenado cavar profundos hoyos donde los enterró a todos
de forma vertical dejándoles solamente la cabeza vendada sobresaliendo en la superficie y solo cuando estaba seguro que ninguno
escaparía les quito la venda de sus ojos. Los pobres diablos estaban muy asustados
y miraban con horror las olas en la orilla de la playa que casi rosaban sus bocas.Terminada la satánica tarea, los piratas
se retiraron.
Triste sería describir la angustia de
aquellos desgraciados cuando la marea lentamente comenzó a subir acercándose cada vez más a sus inmóviles cuerpos.Los gritos de horror han llegado
como eco infernal hasta nuestros días
siendo escuchados por muchos veraneantes que aquí han pasado sus temporadas.Otros han visto la siniestra hilera de cabezas
enterradas a lo largo de la playa. ¿Se enterró un tesoro más en el islote sagüero?. Este
castigo ejemplarizante para los demás miembros de la tripulación llevaba
si duda algún fuerte mensaje del malvado capitán que les enviaría “la mota negra”
donde quiera que se escondiera
algún desertor de su dotación…
5-