LOS COFRES DE GRANADILLO o
EL TESORO DE LA CEIBA enterrados en 1628 por un pirata holandés.
Granadillo era una zona muy antigua de la Jurisdicción
de Sagua La Grande que los españoles habían dibujado sobre el Sabaneque indígena, allí existía un enorme bosque de Granadillo
(una madera muy preciada en las carpinterías europeas), y desde épocas lejanas ya existía movimiento humano por el área dedicados
a la labor del corte al que en muchos documentos le llamaban “Entre las dos Saguas” (refiriéndose a los ríos Sagua
La Grande y Sagua La Chica). Los antiguos madereros que allí operaron legaron a través de la tradición oral la existencia
de un enorme entierro pirata efectuado por Piet
Hein en 1628, poco antes de sus hazañas de Matanzas. Según narra la pretérita leyenda, el famoso pirata holandés desembarcó
con varias chalupas por el Estero de Granadillo y allí escondió varios cofres construídos por él
mismo con madera de granadillo del área con inmenso valor en su interior los cuales tenían un derrotero en base a una jóven
ceiba que fue muy conocida hasta 1812 por la época en que se fundó el embarcadero de Sagua. En los tiempos actuales que hemos
explorado el área (1982), no existe ninguna ceiba ni restos de alguna más antigua junto a la vieja
cuenca, pero los buscadores y zahoríes insisten en encontrar los cofres de Granadillo.
|